TENSIÓN POLÍTICA EN QUILMES ATLÉTICO CLUB.

CRISIS DEPORTIVA, ELECCIONES INCIERTAS Y NEGOCIACIONES EN MARCHA

El mal momento futbolístico que atraviesa Quilmes Atlético Club, cada vez más comprometido con la lucha por la permanencia en la Primera Nacional, aceleró las tensiones políticas en la previa del recambio de autoridades en la institución.

Con el equipo a sólo tres puntos de la zona de descenso a la Primera B Metropolitana, la derrota del martes en Madryn no sólo profundizó el desconcierto dentro del plantel sino que activó urgentes reuniones entre los sectores dirigenciales

Este jueves se conoció que representantes del
oficialismo, encabezados por el presidente Mateo Magadan, y referentes de “La Plateada” —el frente electoral
opositor conformado por dirigentes de distintas agrupaciones internas—
mantuvieron conversaciones en busca de un acuerdo para definir la fecha de las
elecciones o incluso un posible traspaso de mando en caso de que finalmente se
presente una única lista.

Según trascendió, Magadan y su espacio ya
tendrían decidido retirarse de la conducción del club, aunque aseguran no estar
en condiciones legales de adelantar la entrega del mandato antes del 21 de
septiembre.

El principal argumento que esgrimen es la
falta de cierre del balance contable, una obligación que, según el estatuto,
debió haberse cumplido el 30 de junio pasado.

Del otro lado, el sector opositor liderado
por Carlos “Cocho” Giulianetti
plantea que la elección o la asunción de las nuevas autoridades debería
concretarse en agosto. Caso contrario, proponen postergar todo hasta después de
la finalización del campeonato.

El
motivo:
el
calendario actual deja a Quilmes con apenas tres fechas restantes tras el 21 de
septiembre, en medio de una crítica pelea por evitar el descenso, y temen que
el impacto de una transición política en plena definición deportiva pueda ser
letal para el club.

Por ahora, no hay acuerdo cerrado. No
obstante, la fecha del 31 de agosto parece irse imponiendo con el día para el
traspaso. Igualmente, las negociaciones siguen abiertas y el resultado del
partido del próximo martes ante Atlanta podría ser clave para inclinar la
balanza: todo muy condicionado a una compleja mezcla de urgencias deportivas,
internas políticas y obligaciones legales.